sábado, 21 de marzo de 2015

13 de Junio de 1992

Querido amigo:

Acabo de volver de casa de Bill. Te habría
contado esta mañana lo que pasó anoche, pero
tenía que ir a casa de Bill.
Anoche, Craig y Sam rompieron.
Fue muy triste verlo. Durante los últimos
días, he oído hablar mucho sobre el baile, y
gracias a esos sitios para revelar fotos en
veinticuatro horas, he visto cómo iban todos.
Sam estaba preciosa. Patrick muy guapo. Mary
Elizabeth, Alice y el novio de Mary Elizabeth
estaban todos fantásticos también. Lo único fue
que Alice se puso desodorante en barra de color
blanco con un vestido sin tirantes y se le veía.
No creo que importe, pero al parecer Alice se
emparanoió con ello toda la noche. Craig
también estaba guapo, pero llevaba traje en vez
de esmoquin. Sin embargo, no rompieron por
eso.
En realidad, parece que el baile salió muy
bien. La limusina resultó increíble, y su
conductor les dio marihuana a todos, con lo que
la cena cara les supo mejor todavía. Se llamaba
Billy. La música del baile la puso una banda de
versiones realmente mala llamada The Gypsies
of the Allegheny, pero el batería era bueno, así
que todo el mundo se lo pasó bien bailando.
Patrick y Brad ni siquiera cruzaron la mirada,
pero Sam dijo que a Patrick no le importó.
Después del baile, mi hermana y su novio
se fueron a la fiesta que organizaba el instituto
para después. Era en una discoteca conocida del
centro. Dijo que fue superdivertido con todos
tan elegantes y bailando la música que ponía
un DJ en vez de The Gypsies of the Allegheny.
Incluso había un humorista que hacía
imitaciones. Lo único malo fue que, una vez que
te metías en la fiesta, no podías salir y volver a
entrar. Supongo que los padres pensaron que
eso evitaría que sus hijos se metieran en líos.
Pero a nadie pareció importarle. Se lo pasaron
fenomenal, y además había bastantes que
colaron alcohol a escondidas.
Después de la fiesta, a las siete en punto de
la mañana todos se fueron al Big Boy a por
tortitas o beicon.
Le pregunté a Patrick qué le había parecido
la fiesta, y dijo que fue muy divertida. Dijo que
Craig había reservado una suite de hotel para
todos ellos, pero que al final solo fueron Craig y
Sam. De hecho, Sam quería ir a la fiesta que
organizaba el instituto, pero Craig se enfadó
mucho porque ya había pagado por la suite. Sin
embargo, no rompieron por eso.
Ocurrió ayer en la casa de Craig después
del Rocky Horror. Como ya te he contado, el
novio de Mary Elizabeth, Peter, es muy amigo
de Craig, y parece que se metió en medio.
Supongo que le gusta de verdad Mary
Elizabeth y ha llegado a apreciar a Sam
bastante, porque fue él el que lo destapó todo.
La gente ni lo sospechaba.
Básicamente, Craig ha estado poniéndole
los cuernos a Sam desde que empezaron a salir.
Y cuando digo poner los cuernos, no me refiero
que se emborrachara una vez y se liara con una
chica y luego se sintiera culpable. Hubo varias
chicas. Varias veces. Borracho y sobrio. Y creo
que nunca se sintió culpable.
La causa de que Peter no dijera nada al
principio fue porque no conocía a nadie. Y no
conocía a Sam. Pensaba que solo era una chica
tonta de instituto, ya que eso fue lo que Craig
siempre le dijo.
Bueno, pues después de conocer a Sam,
Peter no paró de decirle a Craig que tenía que
contarle la verdad, porque no era solo una chica
tonta de instituto. Craig siempre prometía que
lo haría, pero nunca lo hacía. Siempre
encontraba excusas. Craig las llamaba
«razones».
«No quiero arruinarle el baile de fin de
curso».
«No quiero arruinarle la graduación».
«No quiero arruinarle el espectáculo».
Y al final, Craig dijo que no tenía sentido
contarle nada de nada. Ella estaba a punto de
dejar la ciudad para irse a la universidad.
Encontraría un novio nuevo. Él siempre había
tomado «precauciones» con las otras chicas. No
había nada por lo que preocuparse en ese
sentido. ¿Y por qué no dejar que Sam tuviera
un buen recuerdo de toda la experiencia?
Porque Sam le gustaba mucho y no quería herir
sus sentimientos.
Peter consintió esta lógica aunque le
pareciera mal. Al menos, eso es lo que dijo. Pero
entonces, después del espectáculo de ayer, Craig
le dijo que se había liado con otra chica la tarde
del baile. Ahí fue cuando Peter le dijo a Craig
que si no se lo contaba a Sam, lo haría él. En
fin, Craig no dijo nada, y Peter siguió pensando
que aquello no era asunto suyo, pero entonces
escuchó sin querer una conversación de Sam en
la fiesta. Estaba hablando con Mary Elizabeth
de que Craig podría ser «el hombre de su vida»
y de que estaba pensando qué hacer para que
la relación funcionara a distancia mientras ella
estuviera en la universidad. Cartas. Llamadas
de teléfono. Vacaciones. Y puentes. Para Peter,
esa fue la gota que colmó el vaso.
Se acercó a Craig y le dijo:
—O le dices algo ahora, o se lo contaré todo.
Así que Craig llevó a Sam a su dormitorio.
Estuvieron allí durante un rato. Después, Sam
fue directamente desde el dormitorio a la puerta
principal, sollozando en silencio. Craig no salió
corriendo detrás de ella. Esa probablemente fue
la peor parte. No es que crea que debería haber
intentado volver con ella, pero sí haber corrido
detrás de ella de todas formas.
Solo sé que Sam estaba destrozada. Mary
Elizabeth y Alice la siguieron para asegurarse
de que estaba bien. Yo también habría ido, pero
Patrick me agarró del brazo para que me
quedara. Quería saber qué estaba ocurriendo,
supongo, o a lo mejor pensó que Sam estaría
mejor en compañía femenina.
Pero me alegro de que nos quedásemos,
porque creo que nuestra presencia evitó una
pelea bastante violenta entre Craig y Peter.
Gracias a que estábamos allí, lo único que
hicieron fue gritarse el uno al otro. Así fue cómo
oí la mayoría de los detalles que te estoy
contando.
Craig decía:
—¡Que te jodan, Peter! ¡Que te jodan!
Y Peter decía:
—No me eches la culpa a mí de haberle
puesto los cuernos desde el principio. ¡¿La tarde
de su baile de graduación?! ¡No eres más que un
cabrón! ¡¿Me has oído?! ¡Un jodido cabrón!
Ese tipo de cosas.
Cuando pareció que la situación se iba a
poner violenta, Patrick se interpuso entre los
dos y, con mi ayuda, sacó a Peter del
apartamento. Cuando salimos, las chicas se
habían ido. Así que Patrick y yo nos montamos
en el coche de Patrick y llevamos a Peter a casa.
Todavía estaba furioso, así que «despotricó»
contra Craig. Así fue cómo oí el resto de los
detalles que te estoy contando. Al final, dejamos
a Peter en su casa y nos hizo prometerle que
nos aseguraríamos de que Mary Elizabeth no
pensara que él la estaba engañando, porque no
era así. No quería que le creyera «culpable por
asociación con ese gilipollas».
Se lo prometimos, y entró en el edificio
donde está su apartamento.
Patrick y yo no sabíamos bien qué era lo
que Craig le había contado a Sam exactamente.
Ambos deseamos que le hubiera dado una
versión light de la verdad. Lo suficiente para
alejarla de él. Pero no lo suficiente para hacer
que perdiera la fe en todo. Quizá sea mejor
saber toda la verdad. Sinceramente, no lo sé.
Entonces hicimos un pacto para no
contárselo a no ser que descubriéramos que
Craig había hecho que pareciera «una nadería»
y Sam estuviera dispuesta a perdonarlo. Espero
que no llegue a ese punto. Espero que Craig le
contara lo suficiente para alejarla de él.
Dimos vueltas en coche por todos los
lugares donde pensamos que podríamos
encontrar a las chicas, pero no las vimos.
Patrick pensó que probablemente estarían
dando vueltas en coche, intentando que Sam se
«enfriara» un poco.
Así que me dejó en casa. Dijo que me
llamaría mañana cuando se enterara de algo.
Recuerdo que me fui a dormir anoche y me
di cuenta de algo. Algo que me parece
importante. Me di cuenta de que durante el
transcurso de la noche no me alegré. No se me
pasó por la cabeza que significara que yo podría
empezar a gustarle a Sam. Lo único que me
importó fue que le hayan hecho sufrir. Y creo
que me di cuenta en ese momento de que
realmente la quería. Porque no salía ganando
nada, y no me importaba.
Fue difícil subir los escalones hasta la casa
de Bill aquella tarde porque no había recibido
ninguna llamada de Patrick en toda la mañana.
Y estaba muy preocupado por Sam. Había
llamado por teléfono, pero no había nadie.
Bill parece otro sin traje. Llevaba puesta
una camiseta vieja de la universidad donde hizo
el máster. Que era Brown. La universidad. No
el máster. Su novia llevaba sandalias y un
bonito vestido de flores. Hasta tenía pelo en las
axilas. ¡En serio! Parecían muy felices juntos. Y
me alegré por Bill.
Su casa no tiene mucho mobiliario, pero es
muy acogedora. Tienen montones de libros,
sobre los que pasé media hora haciéndoles
preguntas. Había también una foto de Bill y su
novia cuando estaban juntos en Brown
haciendo el máster universitario. Bill por
entonces tenía el pelo muy largo.
La novia de Bill hizo la comida mientras
Bill preparaba la ensalada. Yo me senté en la
cocina, bebiendo ginger ale y contemplándolos.
La comida era un plato de espaguetis
vegetarianos porque la novia de Bill no come
carne. Bill tampoco come carne ahora. Aunque
la ensalada tenía trocitos de beicon artificial
para vegetarianos, porque el beicon es lo único
que ambos echan de menos.
Tienen una colección muy buena de discos
de jazz, y los estuvieron poniendo durante toda
la comida. Después de un rato, abrieron una
botella de vino blanco y me dieron otro ginger
ale. Entonces empezamos a charlar.
Bill me preguntó por El manantial, y le
respondí, asegurándome de haber sido un filtro.
Después me preguntó qué me había
parecido mi primer año de instituto, y le
respondí asegurándome de incluir todas las
historias en las que me había «implicado».
Después me preguntó sobre chicas, y le respondí
lo enamorado que estaba de Sam y también le
dije que me preguntaba lo que diría la mujer
que escribió El manantial sobre cómo llegué a
darme cuenta de que la quería.
Cuando terminé, Bill se quedó muy callado.
Carraspeó.
—Charlie... Quiero darte las gracias.
—¿Por qué? —dije.
—Porque ha sido una experiencia
maravillosa enseñarte.
—Ah... me alegro —no sabía qué otra cosa
decir. Entonces, Bill hizo una pausa muy larga, y
su voz sonó como la de mi padre cuando quiere
tener una conversación importante.
—Charlie —dijo—, ¿sabes por qué te he
dado tanto trabajo extra?
Negué con la cabeza. Aquella expresión en
su cara me dejó sin palabras.
—Charlie, ¿sabes lo listo que eres?
Negué con la cabeza de nuevo. Estaba
hablando en serio. Resultaba raro.
—Charlie, eres una de las personas con
más talento que he conocido jamás. Y no lo digo
en comparación con mis otros estudiantes. Lo
digo en comparación con todas las personas que
he conocido. Por eso te he dado ese trabajo
extra. Quería saber si te habías dado cuenta.
—Supongo que sí. No lo sé —me sentía
muy raro. No sabía a qué venía todo aquello.
Solo había hecho algunas redacciones.
—Charlie. Por favor, no me malinterpretes.
No intento hacerte sentir incómodo. Solo quiero
que sepas que eres muy especial... y la única
razón por la que te lo digo es que no sé si
alguien más te lo ha dicho alguna vez.
Levanté la vista hacia él. Y entonces no me
sentí raro. Sentí como ganas de llorar. Estaba
siendo tan bueno conmigo... y la forma en la
que su novia me miraba... supe que aquello
significaba mucho para él. Y no sabía por qué.
—Así que, cuando el curso termine y deje
de ser tu profesor, quiero que sepas que si
alguna vez necesitas algo, o quieres descubrir
más libros, o quieres enseñarme cualquier cosa
que escribas o cualquier cosa en general,
siempre puedes acudir a mí como un amigo. Te
considero un amigo, Charlie.
Empecé a llorar un poco. De hecho, creo
que su novia también. Pero Bill no. Parecía
muy firme. Solo recuerdo las ganas de
abrazarlo. Pero nunca lo había hecho antes, y
supongo que Patrick y las chicas y la familia no
cuentan. No dije nada durante un rato porque
no sabía qué decir.
Así que, finalmente, me limité a comentar:
—Tú eres el mejor profesor que he tenido
nunca.
Y él dijo:
—Gracias.
Y eso fue todo. Bill no insistió en que lo
visitara el año que viene si necesitaba algo. No
me preguntó por qué lloraba. Solo me dejó
entender a mi manera lo que tenía que decirme
y dejó las cosas estar. Aquello fue
probablemente lo mejor.
Después de unos minutos llegó el momento
de que me fuera. No sé quién decide estas cosas.
Simplemente ocurren.
Así que fuimos a la puerta y la novia de Bill
me dio un abrazo de despedida, que fue un
detalle muy bonito teniendo en cuenta que no
la conocía más que de ese día. Entonces Bill
extendió la mano y yo se la agarré. Y nos dimos
un apretón. E incluso le robé un abrazo rápido
antes de decir «adiós».
Cuando iba conduciendo a casa, pensaba
solamente en la palabra «especial». Y pensé que
la última persona que había dicho eso de mí
había sido mi tía Helen. Me sentía lleno de
gratitud por haberla oído otra vez. Porque
supongo que a todos se nos olvidan las cosas a
veces. Y creo que todo el mundo es especial a su
manera. Lo creo de verdad.
Mi hermano vuelve a casa esta noche. Y la
graduación de todo el mundo es mañana.
Patrick todavía no ha llamado. Lo llamé yo,
pero seguía sin haber nadie en casa. Así que
decidí salir y comprar regalos de graduación
para todos. No he tenido tiempo de hacerlo
hasta ahora.

Con mucho cariño,
Charlie.

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