miércoles, 18 de marzo de 2015

2 de Febrero de 1992

Querido amigo:

En el camino es un libro muy bueno. Bill no me
ha pedido que escriba una redacción sobre él
porque, como te dije, fue «una recompensa». Sí
me pidió que fuera a verlo a su despacho
después de clase para hablar de él, cosa que
hice. Preparó té, y me sentí como un adulto.
Incluso me dejó fumarme un cigarrillo en su
despacho, pero me insistió en que dejara de
fumar por los riesgos que conlleva para la
salud. Incluso tenía un folleto en su escritorio,
que me regaló. Ahora lo utilizo como
marcapáginas.
Pensaba que Bill y yo íbamos a hablar
sobre el libro, pero acabamos hablando de
«cosas». Fue genial tener tantas conversaciones
seguidas. Bill me preguntó por Sam y Patrick y
mis padres, y yo le hablé de mi permiso de
conducir y la charla del Big Boy. También le
hablé de mi psiquiatra. Pero no le hablé de la
fiesta ni de mi hermana y su novio. Todavía se
siguen viendo en secreto, lo que, según mi
hermana, no hace más que «aumentar su
pasión».
Cuando acabé de hablarle a Bill sobre mi
vida, le pregunté por la suya. Fue agradable,
también, porque no intentó ser guay ni
identificarse conmigo ni nada. Fue simplemente
él mismo. Dijo que había sido estudiante en una
universidad del Oeste que no da notas, lo que
me pareció peculiar, pero Bill dijo que fue la
mejor educación que había tenido nunca. Dijo
que me daría un impreso cuando llegara el
momento.
Después de ir a la universidad de Brown
para hacer un máster, Bill viajó por Europa
durante un tiempo y, cuando volvió a casa, se
unió a Teach for America. Cuando acabe este
año cree que va a mudarse a Nueva York y
escribir obras de teatro. Supongo que todavía es
bastante joven, aunque me pareció de mala
educación preguntarle. Lo que sí le pregunté es
si tenía novia, y él dijo que no. Parecía triste
cuando respondió, pero decidí no curiosear
porque pensé que podría ser demasiado
personal. Después, me dio mi siguiente libro
para leer. Se llama El almuerzo desnudo.
Empecé a leerlo en cuanto llegué a casa y,
si te digo la verdad, no sé de lo que habla este
tío. Nunca se lo confesaría a Bill. Sam me había
dicho que William S. Burroughs escribió el libro
bajo los efectos de la heroína, y que debería
«dejarme llevar». Así que eso hice. Seguía sin
tener ni idea de lo que estaba hablando, así que
bajé al piso de abajo a ver la televisión con mi
hermana.
Estaban echando una serie cómica, y mi
hermana estaba muy callada y de mal humor.
Intenté hablar con ella, pero me dijo que me
callara y la dejara en paz. Así que vi la serie
durante unos minutos, pero la entendí todavía
menos que el libro, así que decidí hacer mis
deberes de mates, lo que fue un error porque
nunca he entendido las mates.
Estuve confuso todo el día.
Luego intenté ayudar a mi madre en la
cocina, pero el guiso se me cayó al suelo, así que
me dijo que me fuera a leer a mi habitación
hasta que mi padre volviera a casa, pero había
sido la lectura la que había generado todo el
desastre desde el primer momento.
Afortunadamente, mi padre volvió antes de que
pudiera retomar el libro otra vez, aunque me
dijo que dejara de «colgarme de él como un
mono» porque quería ver el partido de hockey.
Vi el partido de hockey con él durante un rato,
pero no pude parar de hacerle preguntas sobre
los países de los que son los jugadores, y él
estaba «descansando los ojos», que quiere decir
dormido, pero no quería que yo cambiara de
canal. Así que me dijo que fuera a ver la tele
con mi hermana, cosa que hice, pero ella me dijo
que fuera a ayudar a mi madre en la cocina,
cosa que hice, pero entonces ella me dijo que me
fuera a leer a mi habitación. Cosa que hice.
He leído ya un tercio del libro y, hasta
ahora, es bastante bueno.

Con mucho cariño,
Charlie.

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